El poder de las palabras


La rana es un animal curioso. La naturaleza le ha dotado de aquellas herramientas necesarias para adaptarse, para ser parte de su entorno. Y lo que la ocurre, es que debido a sus habilidades pierde el norte y se diluye, deja de ser ella misma, deja de sentir el peligro a su alrededor, se deja llevar hasta tal punto por sus circunstancias, que es capaz de dejar que su entorno acabe con ella antes de abandonarlo… ¿Te suena? A mí me recuerda a la reacción de muchas mujeres en casos de violencia machista, o en la reacción de muchos hombres que prefieren vivir amargados toda su vida a plantearse cambiar ese entorno que les hace tanto daño.
Ya ves, ¿que la quieres cocer? Pues a fuego lento, despacito. Sin que se entere. Usemos la capacidad de adaptación de los seres para manejarlos. Y lo mismo nos ha pasado a las personas durante siglos. Nos han programado, metódicamente, generación tras generación hasta nuestros dias. Días extraños, en los que contamos con los profesionales más válidos y formados, y una tasa de paro que ralla lo absurdo.
Tenemos acceso prácticamente ilimitado a cualquier tipo de información… Sin embargo, ni sabemos buscarla, ni sabemos contrastarla, así que nos creemos todo lo que nos cuentan o leemos a pies juntillas, pensando: si lo dicen en la tele, será verdad.  El papel de los medios de comunicación nos ha hecho sentirnos conectados e informados. Sin embargo, sufrimos una programación ridícula que nos llega por medio de la manipulación de dicha información: desinformación. Nos dicen lo que quieren que oigamos, nos manipulan sin piedad, y nos dejamos. Porque es mucho más sencillo vivir con la cabeza gacha que echarle valor a la vida y afrontar nuestros pensamientos, trabajar en nuestro ser, en nuestros valores.
Nadie se pregunta por qué existen las feministas. Aceptamos, yo la primera, que son una panda de histéricas que sacan de contexto las idas y venidas de las palabras, de los conceptos y los pensamientos. No nos damos cuenta de que las palabras configuran nuestro pensamiento, el cual configura nuestra realidad. Yo era antifeminista. Pensaba que eran unas radicales que pedían estar por encima del hombre, llegando en casos incluso a humillarle para hacerle sentir lo mismo que las mujeres han pasado durante siglos. Jolines, hasta qué punto una puede equivocarse de pensamiento. Lo cierto, nos guste o no, es que vivimos una realidad machista. Tan machista que aún existen profesiones (como la mía) en la que ser mujer es taaaaan raro…
Ninguneamos sin piedad el poder de lo que se dice, de lo que se piensa.  Nos hablan de holística y nos quedamos con cara de pez. Pero es fundamental ser capaz de ver el todo para comprender el motivo por el que el poder de la publicidad, de los medios, nos tiene en bandeja. No somos conscientes de la verdadera envergadura de su poder, si no somos conscientes de los problemas físicos y psicológicos que pueden llegar a causarnos. Anorexia, bulimia, depresión, rechazo del cuerpo, problemas de autoestima, frustración…
No somos conscientes de cómo el capitalismo extremo se ha instaurado en nuestras vidas, haciendo que dejemos de pensar en ser felices para ser propietarios. La única manera de que te sientas bien con tu esclavismo elegido es que tengas el suficiente dinero para comprarte aquello que te hace sentirte un poco menos frustrad@. La recompensa material está muy por encima de la recompensa real que puede darte crear tu vida, a partir de tus propios sueños y permitiendo que sólo aquello que realmente te importa configure tu vida y tu realidad. No nos damos cuenta, pero en nuestra mano está el cambiar nuestro estado de ánimo, incluso, nuestra realidad. ¿¿No me crees?? Haz la prueba: deja de ver la tele una temporada, empieza a buscar tu propia información, aprende a contrastarla y a crear tus propios pensamientos sobre los temas que te interesan o preocupan. Empieza con lo pequeño, con la palabra. Empieza reprogramando tu cerebro, diciéndole que eres una persona feliz.

Que ya no te importa tener o no tener esto o lo otro.
Que amas tu cuerpo como es, dejando de compararte con nadie.
Que eres libre, de pensamiento y por tanto de corazón.

Que estás preparad@ para afrontar tu vida, dejar de sobrevivir y empezar a ver el poder de la palabra como tu aliado, no como tu enemigo.
Aprende cómo te manipulan para poner barreras que preserven tu ser de las manipulaciones mediáticas. No te dejes llevar por aquello que los demás hagan, sino por aquello que te hace sentirte feliz y realizad@. Se sincer@ contigo mism@… ¿¿Sabes una cosa?? La muerte llega. Si, ahí está, esperando que bajes la guardia para que se te pase la vida. No dejes que tu tiempo se consuma sin llegar a amar cada palabra que salga de tu boca. Así es como un@ empieza a amarse a sí mism@.
Deseo de todo corazón que las palabras inunden vuestra mente y que os ayuden a convertiros en aquello que queréis ser: seres completos y felices.

Minimol

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